¿Estás en una relación tóxica? Cómo identificarla, salir de ella y sanar el desamor

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El reciente análisis de la psicóloga Chiquinquirá Blandón en diálogo con La W Radio encendió las alarmas sobre un fenómeno más común de lo que parece: el de las relaciones tóxicas. Según explicó, no se trata de simples conflictos de pareja, sino de vínculos en los que predominan la dependencia emocional, la manipulación y la incapacidad de cortar el ciclo de daño.

Lo sorprendente es que, pese al sufrimiento, muchas personas permanecen en estos vínculos. Blandón apuntó a factores como el síndrome del corazón roto, que implica respuestas neurológicas similares a las de una adicción, y a los estilos de apego (ansioso, evitativo y desorganizado) que condicionan la forma de relacionarse.

¿Te has preguntado por qué sigues atado a alguien que claramente te lastima? ¿O por qué, aunque sabes que mereces más, temes quedarte solo?

¿Qué caracteriza a una relación tóxica?

Una relación tóxica es aquella en la que los momentos de sufrimiento superan a los de bienestar. No es que no haya amor, sino que el vínculo se vuelve desgastante. En palabras de Blandón, “es como un ciclo donde hay momentos de euforia, seguidos de caídas dolorosas que refuerzan la dependencia”.

Entre las señales más frecuentes destacan:

Control excesivo: revisiones de celular, vigilancia constante, necesidad de saber con quién y dónde estás.
Celos patológicos: sospechas sin fundamentos, discusiones interminables por desconfianza.
Manipulación emocional: chantajes con frases como “si me dejas, no podré vivir”.
Desgaste psicológico: burlas, críticas constantes y humillaciones que minan la autoestima.
Aislamiento social: presión para alejarse de familiares y amigos.

Cada uno de estos patrones genera un círculo de desgaste que hace que la persona se sienta atrapada y sin fuerzas para salir.

El cerebro y el apego: cuando el amor se convierte en adicción

La psicología y la neurociencia han mostrado que el apego tóxico activa en el cerebro los mismos circuitos de recompensa que se activan con sustancias adictivas. La dopamina refuerza la sensación de placer en los momentos de reconciliación, mientras que la ansiedad y el miedo marcan las fases de conflicto.

Esto explica por qué, aunque se sufra, cortar con la relación resulta tan difícil. Es como pedirle a alguien que deje un hábito adictivo sin acompañamiento ni herramientas.

La W Radio citó también la importancia de comprender los estilos de apego:

Apego ansioso: miedo constante a ser abandonado, necesidad de validación permanente.
Apego evitativo: incomodidad con la intimidad, tendencia a alejarse.
Apego desorganizado: mezcla de los dos anteriores, que suele ser el más caótico.

Conocer tu estilo de apego puede ayudarte a entender por qué te aferras a vínculos dañinos.

Por qué es tan difícil soltar: factores emocionales y culturales

Más allá de lo neurológico, hay razones emocionales y sociales que sostienen las relaciones tóxicas:

Baja autoestima: creencias como “nadie más me va a querer”.
Normalización de la violencia emocional: aprender desde la infancia que los celos o el control son muestras de amor.
Presión social y cultural: miedo al qué dirán, estigmas hacia las personas solteras.
Idealización del pasado: recordar solo los momentos felices y negar la realidad del presente.

El desamor y el síndrome del corazón roto

Una de las consecuencias más duras de terminar una relación tóxica es el desamor. La psicóloga Blandón explicó que el síndrome del corazón roto no es solo una metáfora: el cuerpo experimenta síntomas similares a los de un infarto, como dolor en el pecho o falta de aire, debido a la carga de estrés y ansiedad.

Este fenómeno refleja el impacto real que una ruptura puede tener en la salud física y mental. Por eso, minimizar el dolor o pedirle a alguien que “supere rápido” un desamor no solo es injusto, sino también poco empático.

Estrategias para salir de una relación tóxica

Salir de una relación así es posible, pero requiere pasos conscientes:

Reconocer el problema: aceptar que el vínculo no es sano.
Romper la negación: dejar de justificar conductas dañinas.
Buscar apoyo: hablar con amigos, familiares y profesionales.
Establecer límites firmes: cortar la comunicación cuando sea necesario.
Terapia individual: trabajar la autoestima y las heridas del pasado.
Cuidar el entorno: rodearse de personas que brinden contención y seguridad.

En este punto, contar con el acompañamiento de terapeutas y psicólogos online de SELIA puede ser un recurso valioso para no sentir que se camina en solitario.

Cómo superar el desamor

Superar el desamor requiere paciencia y autocompasión. Los psicólogos recomiendan:

Aceptar el duelo: permitirte llorar, sentir rabia o tristeza.
Evitar el contacto constante: dejar de seguir a la expareja en redes sociales.
Redescubrirte: retomar hobbies, proyectos y amistades que quedaron relegadas.
Reescribir tu narrativa: comprender que la ruptura no define tu valor.

En este proceso, los programas de salud mental de SELIA que trabajan en autoestima y manejo emocional pueden marcar la diferencia entre quedarse estancado y avanzar hacia un nuevo capítulo.

El rol de la sociedad en la perpetuación de relaciones tóxicas

No todo recae en lo individual. Como sociedad, seguimos perpetuando mitos dañinos: que “los celos son amor”, que “aguantar es parte de la vida de pareja”, que “quedarse solo es un fracaso”.

Estos mensajes hacen que muchas personas permanezcan en relaciones destructivas por años. Cambiar esa narrativa es un trabajo colectivo: desde la educación emocional en las escuelas hasta campañas públicas de prevención de la violencia psicológica.

El amor propio como punto de partida

Salir de una relación tóxica y sanar el desamor tiene un punto de partida ineludible: el amor propio. Reconocer tu valor, establecer límites, rodearte de vínculos sanos y entender que mereces respeto son claves no negociables.

Como bien recordó Blandón en la entrevista, “nadie merece vivir atrapado en un círculo que destruye la salud mental”.

¿No es hora de empezar a elegir relaciones que sumen, en lugar de aquellas que restan?

Preguntas frecuentes:

1. ¿Es posible transformar una relación tóxica en una sana?
Solo si ambas personas reconocen el daño, están dispuestas a cambiar y buscan ayuda profesional. De lo contrario, lo más recomendable es dar un paso al costado.

2. ¿Cómo diferenciar entre una relación con problemas normales y una relación tóxica?
En las relaciones sanas, los conflictos se resuelven con respeto y comunicación. En las tóxicas, los conflictos son constantes, hay manipulación y la balanza emocional se inclina hacia el sufrimiento.

3. ¿Qué hacer si no tengo fuerzas para terminar la relación?
Buscar apoyo terapéutico y hablarlo con tu círculo cercano puede darte la fortaleza que ahora sientes que falta. No tienes que hacerlo solo/a.