Conducta pasivo-agresiva: Cómo identificar y gestionar este patrón tóxico

Última actualización:
2025-10-16

Conducta pasivo-agresiva

Tabla de contenidos

La agresión no siempre se manifiesta con gritos o confrontaciones directas. En muchos casos, adopta formas más sutiles pero igualmente dañinas: la pasivo-agresividad. Este patrón de comportamiento, caracterizado por la resistencia indirecta a las demandas de los demás y la expresión encubierta de emociones negativas, puede generar conflictos persistentes en relaciones personales, laborales y familiares.

¿Qué es el comportamiento pasivo-agresivo?

El término fue acuñado durante la Segunda Guerra Mundial para describir a soldados que cumplían órdenes con resistencia encubierta. Hoy, la psicología lo define como un estilo de comunicación disfuncional donde el individuo evita expresar su desacuerdo o enojo abiertamente, recurriendo en cambio a acciones indirectas que socavan al otro.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), aunque ya no se considera un trastorno independiente, estos rasgos pueden aparecer en personalidades narcisistas, límite o dependientes.

7 señales de una persona pasivo-agresiva

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¿Por qué alguien desarrolla este patrón? Causas psicológicas

Expertos señalan que la pasivo-agresividad suele originarse en:

Un estudio de la Universidad de California (2018) vinculó este comportamiento con altos niveles de rumiación cognitiva—la tendencia a dar vueltas obsesivas a pensamientos negativos sin buscar soluciones activas.

Consecuencias en las relaciones

La pasivo-agresividad erosiona los vínculos porque:

En el trabajo, puede derivar en ambiente tóxico, mientras que en pareja o familia suele llevar a ciclos de distanciamiento y reconciliaciones superficiales.

Cómo manejar a una persona pasivo-agresiva: 5 estrategias

Si convives con alguien así, estas pautas pueden ayudar:

  1. Nombra el comportamiento sin atacar
    Usa frases como: “Noto que has pospuesto esto varias veces, ¿hay algo que quieras comentar?”. Esto invita a la reflexión sin acusar.
  2. Establece límites claros
    Si delegan una tarea, pon plazos concretos: “Necesito esto para el viernes. Si surge algún impedimento, avísame hoy”.
  3. Refuerza la comunicación asertiva
    Di: “Prefiero que me digas directamente si algo te molesta. Podemos hablarlo sin juzgarnos”.
  4. Protege tu salud mental
    Si la persona se niega a cambiar, limita tu exposición. En casos graves (como acoso laboral), documenta patrones y busca apoyo institucional.

¿Es posible cambiar una conducta pasivo-agresiva?

Sí, pero requiere autoconocimiento y voluntad. La terapia cognitivo-conductual es efectiva para:

En SELIA, recomendamos buscar ayuda profesional si reconoces estos patrones en ti mismo. Cambiarlos no solo mejorará tus relaciones, sino tu bienestar emocional al liberarte de la carga de la indirecta y el resentimiento silencioso.

La pasivo-agresividad es una forma de autosabotaje disfrazada de resistencia. Como escribió el psicólogo Harriet Braiker“El resentimiento es como tomar veneno y esperar que muera el otro”. Elegir la honestidad emocional—aunque sea incómoda—es siempre el camino más sano.

Si tú o alguien que conoces está experimentando una emergencia o una crisis y necesita ayuda inmediata, llama a la línea 192 opción 4 (en Colombia) o dirígete a la sala de emergencia más cercana. Encuentra recursos adicionales para crisis.