Cuando la presión del éxito desencadena una crisis: Zverev y la salud mental en el deporte élite
Alexander Zverev y la salud mental en el deporte élite: la presión del éxito
Tabla de contenidos
- Entre el brillo exterior y el vacío interior
- Un entorno que exige hasta el alma
- La soledad del deportista en competición
- La apertura como acto de valentía
- Terapia: una opción aún en adopción
- Más que un deportista: un ser humano completo
- Un efecto dominó: inspirando apertura y atención
En rueda de prensa, Zverev admitió estar atravesando un momento crítico. “Me siento muy solo ahí fuera a veces. Lucho mentalmente… no encuentro alegría fuera del tenis tampoco”. Más aún, reveló que por primera vez está considerando acudir a terapia, un paso que representa grandeza humana tanto como profesional.
El contraste es llamativo: Zverev es millonario, exitoso, idolatrado… y aún así declaró sentirse atrapado. Tal revelación recuerda lo ocurrido con Naomi Osaka en 2021, y sirve de espejo para que entendamos que el éxito no exime del sufrimiento emocional.
Álex Corretja, extenista y voz autorizada, afirmó en un programa radial: “La vida no es solo el dinero que ganas, sino lo que eres como ser humano”, y añadió que para Zverev “es fundamental ver más allá del personaje público y reconocer el aspecto humano y emocional de los atletas”. Estas palabras resaltan cómo los deportistas, como cualquier persona, pueden sufrir crisis internas severas.
Un entorno que exige hasta el alma
El circuito profesional, con su calendario ininterrumpido, exigencia física, presión mediática constante y rivalidades permanentes, se ha descrito como una “trituradora psicológica”.
Zverev venía de una decepción en el Open de Australia y de una temporada donde no logró posicionarse en el número 1 del ranking a pesar de estar liderando. La acumulación de frustraciones y la competencia feroz —con rivales como Jannik Sinner, quien lo superó— habrían erosionado su estabilidad emocional.
El entorno no excusa el sufrimiento, pero lo contextualiza. Ganar en Stuttgart o Halle ya no le proporcionaba satisfacción emocional: “He pasado muchas dificultades… jamás me sentí tan vacío, sin alegría en lo que hago”.
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La soledad del deportista en competición
Zverev añadió: “Me siento bastante solo en la vida… no sólo en la cancha, es un sentimiento de vida en general” . Estas palabras reflejan síntomas que van más allá del estrés deportivo: tienen que ver con soledad existencial, desmotivación y desarraigo.
Lejos de camaradería y apoyo, la independencia mental se convierte en una carga. Sin redes de sostén, el deportista puede encontrarse atrapado por ansiedad, tristeza o falta de propósito, aun en medio de victorias materiales.
La apertura como acto de valentía
Su confesión pública representa un acto de honestidad valiente. El impacto fue inmediato: sus colegas, entrenadores y jugadores recomendaron con urgencia que buscara ayuda. Aryna Sabalenka, número 1 mundial, afirmó en un reportaje de Reuters: “Es muy importante hablar abiertamente… si te lo guardas, te va a destruir”.
Madison Keys también remarcó que cada vez más jugadores recurren a terapia y psicólogos durante los torneos: “Creo que ahora hay más gente que habla con alguien… tienen apoyo cada semana en los torneos” . Estas voces respaldan a Zverev y destacan cómo la salud mental está ganando visibilidad en el deporte.
Zverev anunció que contempla iniciar tratamiento psicológico por primera vez. Este paso es fundamental: la psicoterapia, especialmente la cognitivo-conductual, mejora la gestión emocional, la autoestima y el equilibrio interno. Para deportistas, puede ayudar a manejar presiones, expectativas y la identidad fuera de la cancha.
No menos importante es el apoyo social: amigos, familia y equipo pueden ofrecer contención emocional, reducir la sensación de aislamiento y ayudar en la recuperación.
Más que un deportista: un ser humano completo
Detrás de títulos, premios y estadísticas, «Sascha» enfrenta el desafío universal del sentido de la vida, la soledad interior y la búsqueda de propósito más allá de los logros. Su caso activa una pregunta clave: ¿a quién pertenecemos en realidad: solo al pedestal o también a nuestra vulnerabilidad?
Corretja lo expresó con crudeza: “Muchos ven solo al personaje, pero Alexander Zverev también es un ser humano y está sufriendo”. Reconocerlo implica respetar a los atletas como personas, no solo como máquinas de rendimiento.
Un efecto dominó: inspirando apertura y atención
La reacción en el circuito ha sido sólida: desde compañeros hasta ex jugadores han resaltado la importancia de hablar y sensibilizar sobre la salud mental, no solo en los entrenamientos, sino en la cultura deportiva.
La historia de Zverev encarna una tendencia global: el deporte y otros ámbitos competitivos requieren integrar la salud mental como pieza clave del rendimiento y del bienestar integral.
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