
Dejar las redes sociales: Un respiro necesario para la salud mental
Las redes sociales están diseñadas para captar y mantener nuestra atención. Cada like, comentario o notificación desencadena una liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Según Anna Lembke, experta en medicina de las adicciones y autora de Dopamine Nation, este mecanismo es similar al que se activa con el consumo de drogas o alcohol. “Cada interacción en las redes sociales es como una pequeña dosis de dopamina que nos hace sentir bien“, explica Lembke.
Sin embargo, este ciclo constante de recompensas rápidas puede alterar el equilibrio natural de dopamina en el cerebro. Con el tiempo, el cerebro se adapta produciendo menos dopamina o ralentizando su transmisión, lo que lleva a un estado de ‘déficit de dopamina’. Esto significa que necesitamos pasar más tiempo en las redes sociales para sentir el mismo nivel de satisfacción, creando un círculo vicioso de uso compulsivo.
El término “brain rot” (podredumbre mental), elegido como palabra del año 2024 por Oxford University Press, describe el estado de fatiga mental y emocional que resulta del uso excesivo de redes sociales. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
Estos síntomas no solo afectan nuestra salud mental, sino que también pueden tener un impacto negativo en nuestras relaciones, productividad y calidad de vida en general.
Tomar un descanso de las redes sociales, incluso por un corto período, puede tener efectos profundos en nuestro bienestar. Según estudios citados por National Geographic, los beneficios incluyen:
Un estudio realizado con 65 adolescentes demostró que un descanso de tres días de las redes sociales mejoró significativamente su autoestima y autocompasión, reduciendo los sentimientos de vergüenza corporal. Otro estudio, que involucró a 31 adultos jóvenes, encontró que limitar el uso de redes sociales a 30 minutos al día durante dos semanas resultó en una mayor satisfacción vital, menores niveles de estrés y una mejora en la calidad del sueño.
Anna Lembke explica que abstenerse de las redes sociales durante al menos cuatro semanas permite que el cerebro restablezca sus vías de recompensa. Esto ayuda a romper el ciclo de ansia y consumo compulsivo, permitiendo que las personas se sientan más equilibradas y menos dependientes de las recompensas instantáneas.
Tomar un descanso de las redes sociales nos da la oportunidad de reflexionar sobre nuestra relación con estas plataformas. ¿Estamos usando las redes sociales de manera consciente y beneficiosa, o simplemente estamos cayendo en un hábito compulsivo? Esta reflexión puede ayudarnos a establecer límites más saludables en el futuro.
Las redes sociales pueden crear una falsa sensación de conexión, mientras que en realidad nos alejan de las interacciones cara a cara. Al dejar las redes sociales, muchas personas descubren que tienen más tiempo y energía para invertir en relaciones significativas con familiares y amigos.
Sin las constantes distracciones de las redes sociales, muchas personas encuentran que son más productivas y creativas. Este tiempo libre puede ser utilizado para actividades que requieren mayor concentración, como leer, escribir o aprender nuevas habilidades.
Desintoxicarse de las redes sociales no es tarea fácil, especialmente en un mundo donde estas plataformas están tan integradas en nuestra vida diaria. Sin embargo, con un enfoque estratégico y realista, es posible lograrlo. Aquí hay algunos consejos basados en las recomendaciones de expertos:
No es necesario dejar las redes sociales por completo para experimentar beneficios. Paige Coyne, coautora de un estudio sobre desintoxicación digital, recomienda establecer metas realistas, como reducir el tiempo de uso a la mitad o limitarlo a 30 minutos al día.
Si la idea de dejar las redes sociales por varias semanas te parece abrumadora, comienza con una pausa corta de tres días. Incluso este breve descanso puede tener un impacto positivo en tu salud mental.
Desintoxicarse de las redes sociales puede ser más fácil si cuentas con el apoyo de amigos o familiares. En un estudio con adolescentes, las participantes que se comunicaban entre sí a través de un grupo de mensajería durante el proceso de desintoxicación reportaron sentirse menos solas y más motivadas.
Anna Lembke recomienda crear barreras que dificulten el acceso a las redes sociales. Por ejemplo, no tener el teléfono en el dormitorio, apagar las notificaciones o usar aplicaciones que limiten el tiempo de uso.
En lugar de buscar dopamina en las redes sociales, busca fuentes más saludables y sostenibles de satisfacción, como practicar un deporte, tocar un instrumento o cocinar. Estas actividades requieren esfuerzo y atención, pero ofrecen recompensas más duraderas y significativas.
Utiliza el tiempo libre para reflexionar sobre cómo las redes sociales afectan tu vida. ¿Te hacen sentir conectado o aislado? ¿Te ayudan a alcanzar tus metas o te distraen de ellas? Esta conciencia puede ayudarte a establecer un uso más equilibrado en el futuro.
Los primeros días de desintoxicación pueden ser los más difíciles. Es normal experimentar síntomas de abstinencia, como ansiedad, antojos o sentimientos de desconexión. Sin embargo, estos síntomas suelen disminuir con el tiempo. Sarah Woodruff, coautora del estudio de desintoxicación, señala que “una vez que entraron en ritmo, la mayoría de la gente lo disfrutó“.
Para superar estos desafíos, es importante recordar por qué decidiste tomar un descanso y enfocarte en los beneficios que estás experimentando, como una mayor claridad mental, mejor sueño y más tiempo para actividades significativas.
Una vez que hayas completado tu período de desintoxicación, es importante establecer hábitos que te permitan mantener un uso equilibrado de las redes sociales. Algunas estrategias incluyen:
Dejar las redes sociales, incluso temporalmente, puede ser una de las decisiones más beneficiosas que tomemos para nuestra salud mental. Como demuestran los estudios citados por National Geographic, un descanso de estas plataformas no solo restablece las vías de recompensa del cerebro, sino que también mejora la autoestima, reduce el estrés y fomenta una mayor satisfacción vital.
En un mundo donde las redes sociales están omnipresentes, tomar el control de nuestro uso digital es un acto de autocuidado y autoconocimiento. Como dijo Anna Lembke, “no podemos deshacernos de estos medios por completo, pero tomarnos un descanso de vez en cuando puede ayudarnos a resetear y hacer balance de cómo estamos usando estas plataformas y cómo nos hacen sentir“.
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