El precio oculto del éxito: cómo mi adicción al trabajo me dejó sin nada que valiera la pena

Última actualización:
2025-10-16

cómo mi adicción al trabajo me dejó sin nada que valiera la pena

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Gustavo López, un ejecutivo de 49 años en Bogotá, revisa su reloj Rolex mientras el ascensor sube al piso 42 de su oficina. Son las 6:30 a.m. del domingo, pero para él podría ser cualquier día laboral. Su reflejo en los espejos pulidos del edificio corporativo muestra a un hombre exitoso: traje italiano, corte de pelo perfecto, porte de quien toma decisiones que mueven millones.

Lo que el espejo no muestra es el apartamento vacío que dejó atrás, las fotos de sus hijos que ya no llama, ni el sobre de abogados en su mesa con los papeles de divorcio que María José, su esposa por 25 años, presentó la semana pasada. “Construí un imperio profesional, pero en el proceso demolí mi vida“, confiesa con voz ronca en su primera sesión en SELIA.

De joven promesa a prisionero del trabajo

La carrera de Gustavo fue meteórica: a los 28 años era el gerente más joven de la multinacional donde trabajaba, a los 35 dirigía su primera filial internacional. Cada logro alimentaba su adicción:

Cuando Luisa ganó el primer lugar en oratoria en sexto grado, envié a mi asistente con un iPad Pro como premio. No entendí por qué lloró“, admite ahora con vergüenza.

La familia que se desvaneció

Las señales de alarma fueron claras pero las ignoró:

El golpe final llegó cuando María José le confesó que llevaba dos años en una relación con un profesor de yoga. “Me dijo algo que me destruyó: ‘Con él me siento vista, no como un mueble más de tu decoración‘”.

Terapia: desintoxicación laboral

En SELIA, el psicólogo especializado lo confrontó con datos crudos:

El tratamiento incluyó:

1. Abstinencia controlada

2. Reconstrucción de relaciones

3. Redescubrimiento identitario

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El vacío que el éxito no puede llenar

A seis meses de terapia, Gustavo enfrenta verdades dolorosas:
✔️ Su puesto de VP puede ser ocupado por cualquiera, pero su rol como padre es irreemplazable
✔️ María José no regresará, pero puede construir relaciones más sanas en el futuro
✔️ Sus hijos adultos le dan oportunidades limitadas para reconectar

La peor parte fue darme cuenta que ni siquiera disfrutaba el trabajo. Solo era adicto a la validación que me daba“, reflexiona mientras hojea el álbum familiar que nunca antes había revisado.

Lecciones para otros Gustavos

Su historia advierte que:

  1. Ninguna cifra en un estado de cuenta compensa ausencias en la vida familiar
  2. La adicción al trabajo suele esconder miedo al fracaso o vacío existencial
  3. Los hijos perdonan, pero las oportunidades perdidas no vuelven

Si te identificas con esta historia, busca ayuda hoy. Como Gustavo aprendió demasiado tarde: el verdadero legado no se mide en balances anuales, sino en los recuerdos que construyes con quienes amas.

*La historia ficticia retrata los cientos de casos de pacientes de SELIA, en la búsqueda de formar conciencia con compasión en la sociedad.

Si tú o alguien que conoces está experimentando una emergencia o una crisis y necesita ayuda inmediata, llama a la línea 192 opción 4 (en Colombia) o dirígete a la sala de emergencia más cercana. Encuentra recursos adicionales para crisis.