Niños que nacen entre octubre y diciembre tienen más probabilidad de tener un trastorno mental

Última actualización:
2025-10-16

Niños que nacen entre octubre y diciembre tienen más probabilidad de tener un trastorno mental

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El hallazgo se suma a una creciente línea de investigación que sugiere que el mes de nacimiento puede tener efectos significativos en la salud psicológica, sobre todo durante la infancia y la adolescencia. En un contexto como el de SELIA, enfocado en promover la salud mental desde la prevención y el conocimiento, este tipo de estudios abren la puerta a nuevas reflexiones sobre los factores ambientales y sociales que influyen en el bienestar emocional desde edades tempranas.

El peso del calendario escolar en el desarrollo emocional

Una de las explicaciones más consistentes que ofrece la investigación está relacionada con el calendario escolar. En la mayoría de los países, incluido Dinamarca y buena parte de América Latina, el ciclo escolar se organiza por año calendario, lo que significa que niños nacidos en diciembre comparten aula con compañeros que pueden haber nacido en enero del mismo año. Esta diferencia de hasta 11 meses en la edad cronológica representa un margen significativo en términos de madurez emocional, habilidades cognitivas y desarrollo social.

El estudio identificó que estos niños más pequeños tienden a recibir con mayor frecuencia diagnósticos de trastornos como TDAH, ansiedad y dificultades en el aprendizaje. “Estar entre los más jóvenes de la clase podría llevar a malinterpretar comportamientos propios de la edad como síntomas clínicos”, indica el documento.

Diferencias de edad que influyen en el diagnóstico

Uno de los puntos más delicados que plantea la investigación es el riesgo de sobre-diagnóstico. Cuando un niño de cinco años recién cumplidos comparte salón con otro que está próximo a los seis, las diferencias en capacidad de concentración, autocontrol y lenguaje pueden ser notables. Lo que en un menor puede interpretarse como inmadurez, en otro puede parecer una conducta sintomática.

El informe hace un llamado a los profesionales de la salud y a los docentes para que tengan en cuenta el contexto de edad relativa al evaluar a los niños. “Los criterios diagnósticos deben aplicarse con especial cuidado en estos casos para evitar etiquetas que pueden marcar el desarrollo de un niño”, advierten los investigadores.

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Riesgos a largo plazo

Los efectos de ser diagnosticado prematuramente o de experimentar dificultades escolares por falta de madurez pueden extenderse hasta la adolescencia o la adultez. Los niños nacidos a finales de año, según el estudio, tienen una probabilidad ligeramente mayor de abandonar los estudios o desarrollar cuadros de depresión y ansiedad en la juventud.

Aunque el riesgo no es determinante ni implica que todos los niños nacidos en diciembre vayan a sufrir trastornos mentales, sí representa un factor de vulnerabilidad que debe ser considerado en las estrategias de acompañamiento escolar y familiar. En contextos donde el rendimiento académico es altamente exigido, estas diferencias pueden traducirse en una autoestima más baja o en una percepción negativa de las propias capacidades.

Implicaciones para la salud mental infantil

El estudio de la Universidad de Aarhus se apoya en el análisis de más de un millón de expedientes médicos infantiles registrados en Dinamarca, y se suma a investigaciones previas realizadas en otros países como Reino Unido, Canadá y Australia. Todas coinciden en una tendencia similar: hay una correlación entre nacer a fin de año y presentar mayor incidencia de diagnósticos en salud mental, especialmente durante la etapa escolar.

Este fenómeno, conocido como “efecto de edad relativa”, plantea un desafío tanto para los sistemas educativos como para los servicios de salud. En lugar de etiquetar conductas como problemáticas, es necesario considerar que la edad cronológica no siempre refleja la madurez emocional o cognitiva del niño. La solución pasa por una mayor flexibilidad en la evaluación y la atención personalizada según el contexto individual.

Una oportunidad para repensar el sistema escolar

El debate que suscita este estudio también alcanza al diseño del sistema educativo. Algunos expertos sugieren que podría ser beneficioso permitir que ciertos niños ingresen un año más tarde al colegio, según su madurez, o que se contemplen adaptaciones pedagógicas para los más pequeños del curso. En países como Finlandia, estas medidas han mostrado buenos resultados en el bienestar infantil.

La clave está en reconocer que la salud mental se construye desde los primeros años y que decisiones como el momento de ingresar al colegio o la forma de evaluar el desempeño deben incorporar una perspectiva de desarrollo humano integral.

Salud mental con enfoque preventivo

Desde SELIA, defendemos la importancia de promover una mirada más comprensiva de la infancia. Saber que el mes de nacimiento puede ser un factor de riesgo permite a familias y docentes anticiparse y generar entornos más seguros emocionalmente. No se trata de sobrediagnosticar ni de asumir que todos los niños serán vulnerables, sino de afinar la sensibilidad frente a las diferencias individuales.

El artículo publicado por Vanguardia cita también a psicólogos infantiles que coinciden en que los niños más pequeños de la clase requieren un mayor acompañamiento emocional. “Tienen menos herramientas para manejar la frustración, la comparación y la exigencia social. Necesitan adultos que entiendan que están en un proceso distinto”, afirman.

Mes de nacimiento y comprensión emocional

Los resultados del estudio dan cuenta de que factores tan aparentemente neutros como la fecha de nacimiento pueden incidir en la salud mental. La evidencia invita a padres, educadores, psicólogos y responsables de políticas públicas a considerar estas variables en el diseño de estrategias de acompañamiento infantil.

No se trata de crear alarmas, sino de crear conciencia. La madurez emocional no se mide solo por la edad, sino por una combinación de factores que deben ser observados con atención y empatía. Los niños que nacen en los últimos meses del año no están condenados a sufrir, pero sí pueden beneficiarse de entornos educativos y familiares que comprendan sus necesidades particulares.

Si tú o alguien que conoces está experimentando una emergencia o una crisis y necesita ayuda inmediata, llama a la línea 192 opción 4 (en Colombia) o dirígete a la sala de emergencia más cercana. Encuentra recursos adicionales para crisis.