
¿Qué significa ser otrovertido y por qué puede fortalecer tu salud mental?
De acuerdo con un artículo de Infobae, el psiquiatra Rami Kaminski acuñó este término para describir a quienes no se identifican con las categorías clásicas de personalidad. En lugar de pensar hacia adentro o hacia afuera, estas personas eligen pensar “en otra dirección”. Y lejos de ser un defecto, esta independencia emocional puede convertirse en un don.
El término otrovertido surge para definir a aquellas personas cuya orientación emocional no depende de la introspección constante ni de la conexión social permanente. En palabras simples: un otrovertido no se obsesiona con encajar, ni tampoco con replegarse hacia sí mismo, sino que encuentra su fuerza en ir a contracorriente.
Para Kaminski, “ser otrovertido es la capacidad de no buscar pertenecer a toda costa”. Este rasgo puede resultar desconcertante en un mundo que suele valorar tanto la integración como la autoexploración, pero tiene un gran potencial: permite observar la vida desde perspectivas originales, sin la presión de complacer a los demás.
La sociedad nos enseña desde pequeños que pertenecer es clave. Formamos parte de grupos escolares, equipos deportivos, redes laborales y comunidades virtuales. Sin embargo, los otrovertidos se mueven en un terreno distinto. Ellos no rechazan necesariamente los vínculos, pero tampoco se aferran a ellos como eje de su bienestar.
Este distanciamiento les concede algo poderoso: autenticidad. Al no depender del reconocimiento colectivo, desarrollan una independencia que les permite ser más creativos, más críticos y más fieles a sus propios valores. Piensa en figuras como artistas, escritores o científicos que marcaron la diferencia precisamente por no conformarse con lo que el grupo esperaba de ellos.
En lugar de sentirse solos por no encajar, los otrovertidos encuentran en esa independencia un refugio para crecer con mayor libertad.
Tal vez te estés preguntando: ¿soy yo un otrovertido? Aunque no existe un test definitivo, sí hay señales comunes:
En resumen, un otrovertido no se define por cuánto habla o cuánto calla, sino por la manera en que se posiciona frente a los demás: desde la independencia emocional.
Sí y no. Como toda forma de personalidad, tiene matices. Por un lado, ser otrovertido puede llevar a cierta incomodidad en ambientes donde la pertenencia grupal es altamente valorada, como la escuela o el trabajo corporativo. Puede generar incomprensión o incluso críticas por “no participar lo suficiente” o “estar en otra sintonía”.
Pero al mismo tiempo, esta característica es una fuente de resiliencia. Los otrovertidos no dependen tanto de la aprobación ajena, lo que los hace menos vulnerables a la presión social. Además, suelen desarrollar habilidades de pensamiento crítico y creatividad que los convierten en aportes únicos en entornos diversos.
[post_banner title=”¿Necesitas apoyo? Selia te ayuda” body=”Sana tus heridas con terapia online personalizada. ¡Agenda una consulta!” cta=”Comienza ahora” cta_url=”https://users.selia.co/sign-up/?utm_source=seo&utm_medium=blog&utm_content=maneja-el-estres”]
Uno de los puntos centrales de la otroversión es la independencia emocional. Esto significa que, a diferencia de muchas personas que necesitan apoyo constante del grupo para sentirse seguros, los otrovertidos encuentran estabilidad dentro de su propia perspectiva.
Esto no significa aislamiento ni rechazo a los demás, sino una forma distinta de estar en el mundo. Su fortaleza radica en que no temen caminar por un sendero propio, aunque no haya multitudes siguiéndolos.
Aunque ser otrovertido puede convertirse en una ventaja, no siempre resulta fácil convivir en sociedades que valoran tanto el encaje grupal. Por eso, es valioso contar con herramientas que permitan abrazar esta diferencia como fortaleza y no como debilidad.
En SELIA puedes encontrar terapeutas y psicólogos en línea que te ayudarán a explorar tu identidad y acompañarte en el proceso de aceptarla plenamente.
También puedes sumarte a programas de bienestar emocional, que ofrecen recursos para potenciar tu independencia emocional y convertirla en motor de crecimiento.
El artículo de Infobae resalta que ser otrovertido no es un problema, sino una invitación a transformar la independencia en fortaleza. En un mundo donde muchos sienten que deben encajar, los otrovertidos nos recuerdan que no todos los caminos deben ser compartidos, y que a veces lo más valioso surge cuando uno se atreve a mirar hacia otro lado.
Como bien señala Kaminski, “no buscan en su interior ni en el grupo, sino en otra parte”. Esa otra parte es el territorio de la creatividad, de la autenticidad y de la libertad.
Quizá ser otrovertido sea, al final, un recordatorio de que no hay una sola forma de ser. No se trata de elegir entre introversión o extroversión, sino de aceptar que existe un espectro más amplio de personalidades, donde la independencia no solo es posible, sino también valiosa.










Si tú o alguien que conoces está experimentando una emergencia o una crisis y necesita ayuda inmediata, llama a la línea 192 opción 4 (en Colombia) o dirígete a la sala de emergencia más cercana. Encuentra recursos adicionales para crisis.